IN UTERO VS HATFUL OF HOLLOW

En mis 24 años de vida había sido terriblemente escéptica y egoísta, en lo que respecta decidir compartir todos los días, o la mayoría de ellos con un desconocido, pues siempre tuve un miedo increíble de perderme en otro ser humano, sin embargo, aprendí que las dicotomías, daban paso a la compañía interesante y relevante. No lo supe de inmediato, fue un proceso pausado, lleno de imperfecciones, pero de pronto me vi inmersa en la complicidad silenciosa que solo se consigue con un individuo dispuesto a regalarte su intimidad, sus secretos y solo entonces más segura y sin perderme en convicciones ajenas, pude ver como mi autonomía se materializaba en un espacio compartido pero esta vez no estaba sola. Hay muchos elementos que pueden hacer alusión a la vida que decidí llevar hace unos meses, pero el más legitimo será un espacio que intento representar, un espacio que llame hogar y que ahora es el espacio físico en el que dos personas pueden encontrarse, a pesar de sus caracteres dicotómicos y a través de sus silencios. Este es un espacio que tiene excesos de nirvana y muy poco de The Smiths, que tiene más libros de música que de literatura universal, donde a veces cocinar algo más complejo que lo que puede venir en una caja puede ser sacrilegio, donde de repente ya no tenía secretos, lo cotidiano se volvía a veces caótico, pero dentro de ese caos había un orden que nosotros podíamos entender y que hoy guardamos e intentamos preservar como solo nuestro.

Comentarios

Entradas populares de este blog

VISIÓN Y PROFUNDIDAD