COMPAÑEROS
Mis abuelos se conocieron en el distrito de Miraflores, cuando mi abuela era una estudiante limeña de boina en la I.E Republica de Francia y mi abuelo, un inmigrante Ancashino de del distrito de Pomabamba, especificamente de la ciudad de Sicsibamba; mi abuelos se enamoraron en silencio, con prudencia y sinceridad. Se esperaron, se respetaron y construyeron,casi de la nada un lugar que se convertiria en un calido hogar.
El, se convertiria en policia de investigacion y mi abuela en doncente de lengua y literatura; aunque la fotografia seria el secreto mas bien gruardado de mi abuelo, manejando su wollanguer y su Yashica, convistiendolas en maquinas del tiempo.
Los conozco hace 24 años, me enseñaron a ser quien soy mediante el ejemplo de sus pasos firmes en esta vida caotica, se casaron un 23 de junio de este mes, mi abuela confecciono su vestido y mi abuelo no dejaba de sonreir en las fotografias, tal y como sonrie ahora cuando la mira. Ellos son muchas cosas, sus libros, sus dos hijos perdidos en el universo, son melancolia, humor negro, sus nietos y su fe. Elementos que impregnan en su espacio, cada huella directa o diferida, cada fotografia, cada lampara (mi abuelo mas frio, mi abuela mas calida), cada distribicion injustamente acordada en el armario ya que mi abuela tiene el monopolio. Asi como ellos, su espacio es sincero, a veces desordenado, a veces pulcro; aunque parezca melancolico observarlos, no tienen nada de melancolico; hicieron esa habitacion su escape de la rebeldia de una nieta adolescente, del bullicio de tres niños y de la territorialidad de mis mascotas.
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